
El gran camino es un documental que explora grandes rutas de todo el mundo: el Camino de Santiago en España, el Pacific Crest Trail en EEUU, el Camino Inca a Machu Picchu en Perú, y el Kumano Kodo en Japón. Alba Prol y Raúl García viven estas experiencias y nos lo cuentan a través de un documental bello y humano. Ambos han aprendido el negocio del cine en Galicia y ahora, con su productora Meteórica, lanzan esta película a salas el día 25 de junio. Hemos podido hablar con ellos cuando estaban de vuelta en España tras recorrer el mundo una vez más y rodar un capítulo de lo que será la serie El gran camino.
Hay una pregunta que guía todo el documental: “¿por qué la gente camina?” Ahora os toca responder a vosotros, ¿por qué camináis?
Raúl: El trailer empieza con una pregunta: “¿Por qué caminas?”, y contesta un chico, “Porque tengo piernas”. Y yo creo que ese es uno de los motivos fundamentales. Caminando vamos al encuentro del otro, y el documental es eso. Se trata de ir al encuentro del distinto y entenderlo en su singularidad.
Alba: Creo que a veces caminamos para buscar algo, aunque luego entendamos que no hacía falta salir fuera a buscarlo porque ya estaba dentro de nosotros. Pero a veces el salir sí te ayuda a tomar distancia y reflexionar. Y especialmente el caminar, que es una manera mucho más natural de viajar, en conexión con la naturaleza. Son tus propios pies, tu motor más natural y más ancestral… Eso es lo que te hace estar en verdadero contacto con la naturaleza, una experiencia de meditación, no pensar en nada, vivir en el presente, poder superar los obstáculos. Eso te ayuda a tomar distancia y, al final, a encontrarte a ti mismo. Eso que buscas cuando quieres viajar. Pero, en un punto de vista más práctico, lo que necesitamos es parar nuestro ritmo de vida frenético en las ciudades, irte es lo que necesitas.

Fotograma de El gran camino
Os centráis en la parte humana de los caminos, la gente. El documental está lejos de un mero panfleto turístico. ¿Lo teníais claro desde el principio o mientras grabáis os dais cuenta de que eso es lo que os importa?
Alba: Nosotros tenemos una filosofía y es que al final lo mejor de cada sitio es la gente con la que te encuentras. Esa es nuestra máxima. Entonces los caminos son la excusa para llevarnos a esa gente y a esas experiencias.
Raúl: Sí, la idea nace de ir a buscar a las personas. Aunque es cierto que hemos tratado de hacer una fotografía muy cuidada, donde los paisajes luzcan mucho, con muchísima inversión en planos aéreos, grúas, travellings… Hemos buscado una estética bonita, porque lo pide el documental y los lugares a los que vamos, pero desde el principio sabíamos que lo importante iba a ser esos momentos en los que te sientas con la gente que te encuentras y empiezas a hablar.
Y buscando esa estética, y con unas condiciones tan duras, ¿cómo ha sido el rodaje?
Raúl: Lo que hicimos es que, por lo menos, aparentase que estamos solos. Pero es una producción: nosotros hacemos el camino y al mismo tiempo tenemos un equipo de apoyo para poder hacer esto. Piloto de dron, gente de producción, chofer… había caminos donde era posible que te asistiesen con un vehículo, pero otros en los que no. Por ejemplo, el Camino Inca, desde el momento en que te cargas con las mochilas, nunca más vas a poder tener un coche de apoyo. Si llevamos 20 baterías y dos ordenadores y nos caemos al agua, el rodaje se acaba. No hay opción de llamar a producción, porque están a cuatro días de ti, igual que estás tú a cuatro días de la civilización.
Alba: Pero a nivel técnico es, sobre todo, dos cosas. Primero, un equipo reducido en cuanto al peso, reducir a la mínima expresión todo lo que tenemos que llevar. Claro, hay caminos en los que todo lo tienes que llevar tú, con mal de altura y demás. Y la segunda, contar con un equipo de apoyo en cada localización, para no tener que desplazarse y pagar vuelos para todos.

Fotograma durante el rodaje de El gran camino
En la peli habláis de los momentos duros durante los caminos, los que hacen replantearte por qué empezar algo tan difícil. ¿Cuáles han sido los vuestros?
Alba: Muchísimos. En el Pacific Crest Trail, en EEUU, estuvimos octubre y noviembre así que en zonas de alta montaña hacía muchísimo frío, se nos congelaba el agua. En Kumano Kodo no, en el camino de Santiago tampoco, porque son caminos más tranquis. Tienes tus problemas pero puedes llamar a un coche para que te vaya a buscar. En Estados Unidos y en Perú no, yo tuve bastante mal de altura, y desde luego hubo momentos de decir: “¡En qué embolao nos metemos, quién nos mandará, por qué no venimos de vacaciones y punto! Ojalá no tener que llevar ordenadores, cargadores, baterías”, y luego llegar a las dos de la mañana de llevar dos días grabando y ponerte a volcar tarjeta dos, tres horas.
Raúl: Lo que pasa es que además de viajeros somos cineastas de corazón, nos gusta. Entonces ya pocas veces que viajamos nos dejamos las cámaras atrás. Alguna vez no las hemos llevado y lo hemos disfrutado muchísimo, y sobre todo después de esto te dan ganas de hacerte un viaje y no llevarte ni el móvil.
Alba: Cuando hemos hecho esos viajes nos llevábamos una pequeña GoPro y poco más, nada de ir con la réflex y tal. No éramos esa imagen del turista con el camarón colgando. Pero este viaje ha sido ir con el camarón, el otro camarón, otro más, la grúa, los ordenadores, tal… Pero bueno, es nuestra pasión, así que aunque haya momentos duros es tu trabajo, y si trabajas en lo que te gusta no trabajas un solo día de tu vida. La verdad es que estamos disfrutando muchísimo este proyecto.
¿Y un momento que haga que todo lo demás merezca la pena?
Raúl: Un montón. Merece la pena solo por estar compartiendo este momento contigo, con eso ya te digo todo.
Alba: Al final la gente nos dice mucho que qué trabajo más guay irse de viaje, pero normalmente el viaje son 15 días y luego 5 meses para editar ese capítulo. El viaje es un 3% o menos del trabajo. Durante todos estos meses, aunque estés metido en el ordenador, hay momentos maravillosos viendo el material. Ahora por ejemplo que estamos en la fase de distribución… Estamos viviendo muchas emociones muy intensas al margen de los viajes.

Fotograma de El gran camino
Supongo que barajabais varias opciones¿Por qué elegisteis esos 4 caminos?
Raúl: Es difícil decidir. El hecho de que esto se haya convertido en una serie nos ayuda a pillar los que se quedaron en la recámara. Uno tenía que ser el Camino de Santiago.
Alba: Claro, el Camino de Santiago era seguro porque el punto de partida es nuestro punto de vista. Como personas que todos los días vemos llegar a los caminantes quisimos ir a buscar fuera por qué caminan.
Raúl: Además es el Xacobeo así que aquí teníamos muchos apoyos. Y después hemos pensado qué tipos de caminos hay en el mundo: pueden ser naturales y deportivos, espirituales como una peregrinación, y culturales. Por eso hemos buscado uno de cada. Por ejemplo, ¿uno heavy, heavy, heavy deportivo y de naturaleza? El Pacific Crest Trail. ¿Cultural? El Camino Inca es para conocer la cultura de los Incas, el Machu Picchu, y demás. Después el espiritual es Japón, un camino por templos religiosos. Por último, el camino de Santiago tiene un poco de los tres.
Los capítulos tienen nombres de elementos naturales. ¿Por qué llegasteis a ellos?
Alba: Esos fueron más intuitivos, lo que nos transmitía cada sitio. Por ejemplo el Kumano Kodo pusimos agua porque hay muchísima importancia ritual alrededor del agua, todo el rato está presente, incluso un tramo entero es por agua. En el Pacific Crest Trail pusimos arena, aunque podría ser todos porque tienes desierto, nieve, arena, agua… Pero pusimos ese porque hicimos la parte Sur y le caracterizaba mucho el desierto, la arena, el calor, etc.
Raúl: El Inca es piedra total, todo escalones de piedra, su cultura, sus monumentos… Y por último el de Santiago lo llamamos “Tierra” porque en gallego “Terra” no es solo la tierra que pisas, sino que se refiere a “tu tierra”.

Fotograma de El gran camino
Y el Camino de Santiago es el punto de partida, pero también la última parada. ¿Queríais contar algo con esa estructura circular?
Raúl: Es una road movie, andando, pero es una road movie. Es un viaje del héroe, aunque no lo seamos, pero lo es en el sentido de que sales de tu zona de confort, decides emprender un camino, y vuelves con algo que ha cambiado en ti. Has llegado a otra parte de ti que no conocías y has vuelto. Eso es un poco lo que hemos experimentado nosotros en primera persona, pero también lo que nos gustaría que el espectador pueda ver. Empezar un camino para volver al mismo sitio pero habiendo aprendido algo.
La pandemia coincidió de lleno, ¿cómo os afectó?
Alba: Nosotros estuvimos todo el mes de enero de 2020 en Perú, llegamos en febrero aquí, y en marzo ya nos pilló esto. Justo teníamos que acabar el Camino de Santiago, que teníamos alguna parte pero lo gordo se iba a hacer en primavera, porque en verano iba a haber demasiada gente y antes a lo mejor estaba más tranquilo para grabar. Y claro, se tuvo que posponer a julio, el día que abrió después del Covid. Eso condicionó todo porque había muchísima menos gente, los albergues casi vacíos… muy diferente a lo que sería un año normal.
Raúl: Y después tuvimos muchas dudas sobre si incluir este tema dentro del documental. Y al final decidimos que sí, pero muy poco. Solo una pincelada para decir que no sabes lo que te puede parar.
Alba: Al final, como las rutas naturales es algo que se puede seguir haciendo, y sobre todo ahora con la pandemia, todo el mundo se ha lanzado al senderismo y a descubrir la naturaleza. Tampoco queríamos darle mucha relevancia porque sí puedes hacer caminos, como el de Santiago, así que no quisimos mezclar demasiado los temas.

Fotograma de El gran camino
Como dices, la gente tiene ganas de viajar, de ver. ¿Creéis que eso afectará positivamente al estreno?
Alba: Pues no sabemos, lo malo es que la gente ahora al cine casi no va. Entonces no tenemos muchas expectativas.
Raúl: No tenemos grandes expectativas pero sí esperanzas en el sentido de que es un documental muy optimista, una peli que te da ganas de ver, disfrutar, salir… de rellenar ese gusanillo que tienes de salir. Entonces nunca se sabe. Somos optimistas.
Alba: A lo mejor como la gente tiene ganas de viajar nos ayuda, pero ya te digo, nosotros no contábamos con ir a salas. Lo hicimos con pretensiones de ir a televisiones, canales de viajes, etc. ¿Que sale en cines? Pues genial. Pero es un documental independiente y en los cines de España los documentales independientes no suelen ser muy fuertes. Todo lo que venga, bienvenido sea.
Supongo que en el montaje se han quedado muchas cosas fuera que queríais meter. ¿Recordáis alguna con especial cariño? ¿Podremos verlo en la serie?
Raúl: Muchas cosas muy buenas se han quedado fuera de la peli, pero en la serie ya están. Hay 4 capítulos ya montados, nuestra distribuidora Off The Fence —ganadora del Oscar con Lo que el pulpo me enseñó (Pippa Ehrlich, James Reed, 2020)— nos convenció para hacer la serie y empezar a moverla. Ahora estamos en cines y vamos a esperar a ver cómo va, pero ya están hechos 4 capítulos de 52 minutos y entran muchísimas más cosas que no están en el documental.
Alba: Piensa que en el largo hay 15/20 minutos por cada país y aquí ya hay el doble de tiempo.
Raúl: Por ejemplo, en Estados Unidos nos detenemos en un sitio que se llama Hickertown que da para un documental en sí y en este largo es pequeñito. Pero en la serie, estará.

Fotograma de El gran camino
Cuestionario MILANA: ¿Cuál sería la película/serie…
… que verías por enésima vez?
Raúl: La vida es bella (Roberto Benigni, 1997)
Alba: Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994) y Django Desencadenado (Quentin Tarantino, 2012)
… para ver de resaca?
Raúl: El gran camino (Alba Prol, Raúl García, 2021)
Alba: Friends (Marta Kauffman, David Crane, 1994-2004)
… para viajar?
Raúl: Alma salvaje (Jean-Marc Vallée, 2014)
Alba: Asesinos natos (Oliver Stone, 1994) y Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991)