
Si ya era épica la hazaña de abrir un cine en 2020, a los fundadores de los nuevos Cines Embajadores les pilló una pandemia. Y un incendio. Pero por fin abrieron sus puertas el verano pasado en la glorieta de Santa María de la Cabeza, en Madrid.
En una ciudad como Madrid, que ha pasado en unas décadas de tener 160 salas de cine a las actuales 23, los cines Embajadores aportan tres salas nuevas, casi 200 butacas en total. Aspiran a crear un “cine de barrio”, independiente y en versión original. Hablamos con Fernando Lobo, relaciones públicas, responsable de comunicación y programador.
Sois unos valientes abriendo un cine en pleno 2020.
Eso nos dicen. Ya en diciembre de 2019, cuando empezamos las obras y pusimos en la fachada un cartel de “Próxima apertura”, la gente enseguida lo subió a redes sociales y decía: “hay una serie de chiflados que van a abrir un cine en el año 2020”. Y ahí el Covid ni existía.
Porque los cines que se abren a día de hoy suelen ser tipo deluxe, en centros comerciales y ese rollo. Un cine pequeñito e independiente como el nuestro tenía un cariz romántico.
Pero entonces llegó el confinamiento. Cuando llegó el estado de alarma estaban a punto de traernos las butacas, y que te traigan las butacas implica que ya está todo montado, todo en orden y limpio. Estábamos a punto, a punto. Y tuvimos que pararlo todo. Pero con la desescalada recuperamos la ilusión, y pusimos como fecha de apertura el 3 de julio.
Así que ahí el asunto se volvió doblemente romántico: no solo vamos a abrir un cine en 2020, sino que vamos a abrir un cine en mitad de una pandemia mundial. Con dos cojonazos.
Así que pusimos a la venta las primeras entradas, y se empezó a abarrotar… Creo que cuando llegó el viernes por la mañana teníamos ya 500 entradas vendidas para la primera semana. Estábamos aquí en la sala 1 con todo lleno de cámaras: los de España Directo, Telemadrid, los de los informativos… y se empezaron a oír sirenas de policía. Llega mi compañero y me dice que hay un incendio en el local de al lado. Pensamos que lo apagarían y ya, pero se complica, nos cortan la luz y nos dicen que no va a volver hasta el lunes. Así que otra vez en la casilla de salida. A devolver una a una todas las entradas —claro, no hay un sistema automatizado que haga algo así—, también las de taquilla, bueno, un lío…
Así que el 10 de julio, a la tercera, por fin pudimos abrir. Así llamamos a la campaña de prensa: “A la tercera va la vencida”.

Los nuevos Cines Embajadores (Kike Para)
Con ese incendio tuvisteis vuestro momento Cinema Paradiso (Tornatore, 1988), que fue una de las primeras películas que pusisteis, ¿no?
Fue la primera proyección que se hizo para el público. Yo creo que es la película que mejor habla del amor por el cine. El personaje de ese niño que aprende el oficio y que aprende lo que es la vida, y esa última escena con los besos… La gente salía llorando.
¿Cómo fue la decisión de montar un cine?
Nosotros veníamos del mundo de la distribución. Es un mundo complicado, porque con cada estreno te la juegas. Intentas comprar las películas que crees que van a funcionar, pero nunca sabes a ciencia cierta cómo va a reaccionar el público. Además, últimamente habían surgido muchas distribuidoras más pequeñas, y había mucha competencia: había semanas que se estrenaban hasta 14 películas. Y tú tenías que conseguir que una persona que estaba tranquilamente en su casa fuese al cine y que fuese a ver tu película. Era complicado.
Para los que nos dedicamos al mundo del cine, los cines como lugar físico son un lugar muy especial, es el sitio que representa al cine como arte. Era el sueño de una vida tener un cine, elegir qué programar y qué películas poner. Empezamos a pensar en la idea y cuando vimos que había viabilidad económica para conseguirlo, que los bancos confiaban en el proyecto y que el barrio parecía que pedía un cine… empezó a coger forma.

Los nuevos Cines Embajadores (Kike Para)
Habéis tenido mucho tirón en redes sociales, habéis creado una comunidad. ¿Esa comunidad se traduce en espectadores?
Es verdad que las redes sociales han funcionado muy bien. Nosotros tratamos de tener una estrategia de comunicación del año 2021, con mucho elemento visual en redes sociales, y la gente ha respondido muy bien. Además, como nuestro cine no es uno al uso, es bastante moderno e “instagrameable”, se hacen muchas fotos para las stories. Eso funciona bien porque se convierte en un referente para la gente más moderna, que ven que otros publican fotos aquí y se pone de moda. Viene mucha gente joven, gente más cultureta, más alternativa.
Pero también es verdad que hay una gran parte del público que no es de redes sociales, sobre todo la gente más veterana, a los que no les importan ni les interesan. Aquí se crea una mezcla muy bonita: se mezclan los clientes de toda la vida, sobre todo personas más mayores o cinéfilos más old school, con gente más joven y moderna. Es una mezcla maravillosa de la gente más instagramer con el yayo o la yaya de toda la vida que llevaba cinco años yendo menos al cine porque ya no tenía cines en su barrio.
En ese sentido, la gente del barrio ha hecho el cine suyo. En tu barrio tú vas siempre a la misma frutería, y te cortas el pelo en la misma peluquería. Y vas a tu cine. Así que los del barrio sienten los cines como suyos, y quieren cuidarlos.
Para nosotros era importante esa idea de devolverle a un barrio sus cines. Solo en este barrio de Arganzuela, la zona de Atocha, Usera, Acacias, Embajadores, etc, hace 20 años había ocho o diez cines, y no quedaba ninguno. Hasta que hemos llegado nosotros.

Los nuevos Cines Embajadores (Kike Para)
¿Cómo os planteáis la cartelera? ¿Qué tipo de películas priorizáis?
Igual que en Surtsey, nuestra distribuidora, la línea es un cine social, independiente, autoral. Todos los años intentamos distribuir alguna película LGTB, alguna película que fomente la igualdad de género, también la igualdad de credo, raza, condición… También nos gusta mucho el cine europeo, el cine árabe, el cine asiático de autor. Y seguimos también la línea de los estrenos independientes de la semana.
Este año, sin grandes estrenos, las películas más destacadas de los Oscar son películas de cine de autor… porque que algo esté hecho con más dinero no quiere decir que no sea cine de autor. Nomadland (Chloé Zhao, 2020) tiene más presupuesto que Las niñas (Pilar Palomero, 2020), pero es un perfil de película muy similar: independiente, muy personal, de una directora en ambos casos. Solo que en una está Frances McDormand detrás poniendo la pasta y la otra tiene colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza.
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Además, cuando nos pusimos a programar nos dimos cuenta de que el fin de semana venía mucha gente, pero entre semana no tanta. Así que empezamos a dinamizar, a probar cosas nuevas, ciclos diferentes y cosas más especiales que ponemos de vez en cuando. También cine infantil; al estar en un barrio que por suerte no está gentrificado, hay una mezcla de gente joven y familias de toda la vida, y también familias jóvenes que se están mudando porque es un barrio que está muy bien. Y si vas a hacer un cine de barrio, les tienes que dar su momento a todos los sectores del barrio. A los niños también.
También habéis apostado por la versión original.
En líneas generales, en el centro de ciudades grandes la gente lo suele preferir. Te tienes que definir, y nosotros hemos decidido apostar por el cine en versión original.
España es de los pocos países del mundo en el que se doblan las películas. Si no escuchas la voz de los actores, te pierdes una parte importante. A los subtítulos simplemente hay que acostumbrarse, y cuando te acostumbras ya no quieres verlas dobladas.
También vivimos en una sociedad en la que parece que queremos hacer setenta cosas a la vez. Nos ponemos una película doblada en Netflix que no requiera mucha atención para poder estar con el móvil y levantarte un rato y volver y seguir enterándote de lo que pasa. Venir al cine es una experiencia diferente; pones toda tu atención en la película.
Cuestionario MILANA: ¿Cuál sería la película/serie…
… que verías por enésima vez?
Érase una vez en América (Sergio Leone, 1984)
… para ver de resaca?
La cena de los idiotas (Francis Veber, 1998)
… que te hubiera gustado exhibir en los Cines Embajadores?
Magical girl (Carlos Vermut, 2014)