
«Que no sea en blanco y negro, por favor» era la frase más escuchada en el salón de mi casa durante mi infancia cuando íbamos a ver una película en familia. Mi padre intentaba introducirnos en el mundo del cine clásico mientras mi hermano y yo solo aceptábamos ver comedias de Steve Martin. Pero cuando, a traición, elegía él la película, no solían pasar más de un par de minutos para que nos olvidáramos de Doce en casa (Shawn Levy, 2003) y estuviéramos pegados al sofá sin quitar ojo de la tele. Estos son 10 clásicos para ver en familia que triunfaron en mi casa:
Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock, 1959)

Introducirse en el mundo de Hitchcock es mucho más fácil empezando por una película con una premisa más parecida a la comedia que al suspense. Cary Grant es un publicista a quien confunden con un agente secreto. Aunque él insiste en que no es el hombre al que están buscando, emprenden una persecución que culmina con la famosa escena de la avioneta y la huída en el Monte Rushmore (que, por cierto, tuvieron que reconstruir a escala real para el rodaje).
Una noche en la ópera (Sam Wood, 1935)

Es complicado recordar el argumento de la película pero imposible olvidar algunas de sus escenas más divertidas, como la del camarote que se va llenando de gente poco a poco (ya conocida como “el camarote de los hermanos Marx”) y el gag de “la parte contratante de la primera parte”. Quizá sea la comedia más popular de los hermanos Marx, con un humor capaz de hacer reír a niños y adultos.
En bandeja de plata (Billy Wilder, 1966)

Fue la primera película que protagonizaron juntos Jack Lemmon y Walter Matthau, que se convertirían en una de las parejas más divertidas y queridas de Hollywood. Es una historia sobre buenas y malas personas. Un inocente cámara de televisión sufre un accidente al chocar contra un jugador de fútbol americano. Es una lesión leve, pero su cuñado lo convence para fingir que es mucho más grave y así llevarse una gran indemnización.
El maquinista de La General (Buster Keaton, Clyde Bruckman, 1927)

La aventura de Buster Keaton para recuperar su locomotora y salvar a la mujer de la que está enamorado se convirtió en una de las mejores películas de la historia del cine. Es la que más orgulloso hacía sentir a Buster Keaton, una película divertidísima y que sigue funcionando para todos los públicos casi cien años después.
El temible burlón (Robert Siodmak, 1952)

Un clásico del cine de piratas protagonizado por Burt Lancaster. Es fácil triunfar con una película de aventuras con asaltos a barcos, presos fugados, batallas navales y luchas heroicas con espadas. El temible burlón mezcla cine de aventuras con comedia y es perfecta para ver con niños que flipen con la saga de Piratas del Caribe, que, por cierto, se basó en el personaje de Burt Lancaster para crear a Jack Sparrow.
La gran evasión (John Sturges, 1963)

Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de presos en un campo de concentración nazi elabora un plan de fuga construyendo túneles. Una de las películas bélicas más populares de la historia. El carisma de Steve McQueen, el suspense, la comedia y la épica huida hacen de La gran evasión una película perfecta para ver en familia un domingo por la tarde.
Los 5000 dedos del Dr. T (Roy Rowland, 1953)

Creada por el Dr. Seuss, es una de las pocas de esta lista con la categoría de cine infantil. La película se centra en la pesadilla de un niño aterrorizado por su profesor de piano, un villano que retiene a 500 niños para hacerles tocar un piano gigante. Una película que roza el surrealismo, con actuaciones musicales y bailes en un mundo onírico.
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La fiera de mi niña (Howard Hawks, 1938)

Una de las grandes obras maestras de la screwball comedy. Protagonizada por Cary Grant y Katharine Hepburn, es la historia de un paleontólogo al que sólo le falta un hueso (¡la clavícula intercostal!) para reconstruir el esqueleto de un brontosaurio. Intentando convencer a una adinerada mujer para que haga una donación a su causa, conoce a Susan, su sobrina, que tiene a su cargo a un leopardo. La película es de una alegría contagiosa, como para acabarla y ponerla otra vez desde el principio. Después de verla no te sacarás de la cabeza la canción Todo te lo puedo dar menos el amor, Baby.
Chitty Chitty Bang Bang (Ken Hughes, 1968)

… y no se puede hablar de canciones pegadizas sin mencionar Chitty Chitty Bang Bang, nominada al Oscar a mejor canción original. Este musical cuenta la historia de un inventor que convierte un coche de carreras en un vehículo capaz de volar y navegar. Una historia de aventuras, fantasía y magia que alegra y emociona a cualquiera. Además, está basada en un libro de Ian Fleming y el guion lo firman Ken Hughes y el escritor Roal Dahl. No podía salir mal.
El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962)

En una lista de clásicos para ver en familia no podía faltar un buen western. El hombre que mató a Liberty Valance es la última película de John Ford en blanco y negro, la última que rodó junto a John Wayne y, para muchos, el mejor western clásico. Una historia de venganza, de justicia, de amistad y también de amor.