
No hace tantos años que el Día del Trabajador congregaba a multitud de obreros en manifestaciones y protestas para reclamar mejores condiciones y para proteger y conmemorar los derechos que ya habían sido conquistados con el sacrificio y la lucha colectiva. Que esa costumbre se esté perdiendo es un síntoma más del individualismo y la competitividad que los dueños de los recursos han logrado hacer florecer entre la clase trabajadora. Pero la situación laboral actual está aún muy lejos de ser la ideal, y la historia nos ha enseñado que mirando solo nuestro ombligo no se llega a ningún sitio.
Por eso, si vais a quedaros en casa este Primero de Mayo, os proponemos que le echéis un ojo a alguna de estas 10 películas para despertar la conciencia de clase:
Tiempos modernos (Charles Chaplin, 1936)

No podía ser otra la que encabezara esta lista. Esta feroz crítica a la sociedad industrial y capitalista se convirtió en una de las cintas más alabadas del mítico Chaplin. En ella diseccionó con humor y agudeza las infames condiciones laborales de los trabajadores de las fábricas de la época, víctimas de la industrialización y la producción en cadena, pero también la miserable situación que se vivía en las calles durante la Gran Depresión. Charles Chaplin se puso en la piel de un obrero que, alienado al ser tratado como una máquina, acaba perdiendo la cordura.
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Los camaradas (Mario Monicelli, 1963)

En el Turín de finales del siglo XIX, un accidente a causa del agotamiento en una fábrica textil empuja a los obreros a pedir la reducción de jornada a —nada más y nada menos que— 13 horas. Conscientes de la fuerza de su unión pero inexpertos en la acción sindical, se dejan asesorar por un profesor con grandes ideales y problemas con la ley e inician juntos una huelga. Sin reprimir el humor, la película de Monicelli engancha con su sencillez y su humanidad.
→ Disponible en Filmin.
Germinal (Claude Berri, 1993)

Mucho más oscura es esta tragedia basada en la novela Germinal de Émile Zola. Un pueblo minero del Norte de Francia vive en la más absoluta miseria, dedicado exclusivamente al trabajo. Hombres, mujeres y niños bajan y mueren en las minas por sueldos cada vez menores, pero la lucha socialista que empieza a germinar se enfrenta a un enemigo titánico: los mineros dependen por completo de sus patrones, que son también dueños de sus casas y les suministran alimento y medicina. Gerard Depardieu como Toussaint encabeza un grupo de personajes a los que les han arrebatado toda opción a la felicidad.
→ Disponible en Movistar+.
Full Monty (Peter Cattaneo, 1997)

Cuando empieza la mítica Full Monty, los trabajadores de la fábrica de acero de Yorkshire ya se han quedado sin empleo y no hay posibilidad de recuperarlo. Pero el apoyo entre los antiguos compañeros les permite navegar esas aguas tan amargas: Gaz se empeña en sacar a sus amigos de la cola del paro para organizar un espectáculo de strip-tease que les consiga el dinero que tanto necesitan. Peter Cattaneo logró encontrarle la gracia a situaciones que no la tienen, con una ternura y, a la vez, una acidez que hacen de su primera película una divertida y emotiva defensa de la dignidad del trabajador.
Recursos humanos (Laurent Cantet, 1999)

Tras estudiar empresariales, Frank hace sus prácticas en el departamento de recursos humanos de la fábrica en la que su padre lleva 30 años trabajando como obrero. Ilusionado, pretende mediar entre directores y trabajadores en torno a la reivindicación de la jornada de 35 horas semanales y alcanzar el mejor acuerdo para ambas partes. Pero su jefe tiene otros planes, y el trabajo de Frank acaba facilitando una reducción de plantilla que le obligará a elegir un bando. La pequeña y honesta opera prima del francés Laurent Cantet enfrenta a los personajes por su clase, por su formación académica y por su generación, pero también los une.
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→ Disponible en Filmin.
La cuadrilla (Ken Loach, 2001)

Cuando la empresa ferroviaria estatal de Gran Bretaña es privatizada, sus trabajadores empiezan a ver reducidos sus sueldos y sus derechos. La alternativa, cada vez más difícil de evitar, es permitir que los despidan y aceptar la precariedad e inseguridad de los trabajos temporales en las vías. Aunque buena parte de la filmografía de Ken Loach podría encajar en esta lista, nos quedamos con este film que alerta de algunas de las terribles consecuencias que implica una privatización a través de la gesta de su simpática cuadrilla de obreros.
→ Disponible en FlixOlé.
Los lunes al sol (Fernando León de Aranoa, 2002)

Como Full Monty, la española Los lunes al sol encuentra a sus protagonistas cuando ya son un grupo de desempleados, unos años después de haber sido víctimas de un despido masivo por la venta del astillero en el que trabajaban. Cada uno afronta como puede su precaria situación, y Santa sigue atascado en las razones por las que la acción sindical salió mal y acabó ganando el capital. Pero aún necesitan la lucha colectiva, aunque sea solo emocional, para salir adelante. Y eso la película nos lo cuenta crudamente, pero también con ternura y cierto aire esperanzador.
→ Disponible en Prime Video, Netflix y Filmin.
Pride (Matthew Warchus, 2014)

Los trabajadores deben dar el paso de defender sus derechos, pero no tienen por qué hacerlo solos. Esta feel-good movie basada en hechos reales retrata la alianza entre dos comunidades oprimidas: mineros y homosexuales. Cuando el Sindicato Nacional de Mineros convoca una huelga en 1984, un grupo de gays y lesbianas que odian a Thatcher tanto como los obreros deciden recaudar fondos para ellos y viajar a Gales para darles su apoyo, aunque no todos quieren aceptarlo. Con un elenco estupendo, es tan previsible como emotiva y efectiva.
Made in Bangladesh (Rubaiyat Hossain, 2019)

No hace falta irse al pasado para encontrar condiciones laborales inhumanas (lo siento, soy parte del problema, 9 de las 10 películas de esta lista son europeas o americanas). Después de que una de sus compañeras muera en un incendio, las trabajadoras de una fábrica textil en Dhaka deciden emprender la titánica tarea de formar un sindicato. Con todo el mundo en contra —por pobres y por mujeres—, la joven Shimu, que eligió esta precaria vida para no ser casada de niña, lidera a este grupo de obreras que solo están empezando a conocer sus derechos.
El buen patrón (Fernando León de Aranoa, 2021)

Volvemos a León de Aranoa con la que se definió como el reverso de Los lunes al sol: El buen patrón retrata una realidad muy distinta, de mayor actualidad y mucho más desesperanzadora. Es la única película de la lista que no se centra en los obreros, sino que sigue al patrón que hace y deshace a su antojo y manipula las vidas de sus trabajadores como si le pertenecieran. En su periplo para conseguir el premio a la excelencia empresarial, Blanco avanza hacia lugares cada vez más espantosos, y en parte puede hacerlo porque los trabajadores se lo permiten. La falta de conciencia de clase y de solidaridad entre compañeros allanan el camino a los abusos y caprichos del patrón. El Día del Trabajador es un buen momento para recordarlo.
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