
No es arriesgado afirmar que, como varón blanco cishetero que dejó los años de instituto hace ya un tiempo, no formo parte del público objetivo de ninguna de las iteraciones de la serie Skam (Julie Andem, 2015-2017). Aun así, hay algo que me lleva de la mano a pensar en ella a menudo en momentos de estrés y desazón. ¿Por qué le doy tantas vueltas a esta serie? ¿Qué guarda Skam España (2018-2020) en las fibras de su propia confección, que la hace tan rica e interesante? Después de darle muchas vueltas he llegado a la conclusión de que la respuesta a estas preguntas gira en torno al mismo concepto: la identificación con sus personajes y su construcción de un universo propio, que es revolucionario por amable y optimista. Skam España nos lleva, en definitiva, a estar bien.
Un año después del estreno de su última temporada en Movistar+, vamos a hablar del diseño de Skam, y por qué es un lugar feliz al que volver de vez en cuando.
Verdad minuto a minuto

Las protagonistas de Skam España
Que te toque ser adolescente es un marrón, eso es así. Tienes la extrema urgencia de reinventar el mundo desde la seguridad que ofrece tener tu hogar, una rutina (que ahora se te antoja un infierno), y a tus mejores amigos siempre cerca de ti, y, aun así, parece que nadie está dispuesto a tomarte en serio o escuchar lo que tienes que decir. Te sientes una persona adulta de hecho, nada puede sorprenderte… pero a la vez tienes dentro un incapacitante cúmulo de emociones e ideas nuevas que crece más rápido de lo que puedes asimilar. Y no te encuentras por ningún lado.
Los espejos en los que te puedes mirar son reducidos, claro. Las series de ficción adolescente existen, sí, pero a veces el drama hiperbólico y los actores de 30 años no encajan con cómo te sientes en ciertos momentos. El problema se hace más grande, por supuesto, si estás en el lado que menos pesa de la balanza: si eres mujer, racializada, LGTB+, de clase obrera… Cualquiera de estos factores (o todos ellos a la vez) pueden hacer que te sientas terriblemente fuera de lugar en un mundo que mira en muchas direcciones, y ninguna es la tuya.
En ese contexto, en el que todo parecen collejas, Skam es un abrazo. Eva, Cris, Amira y Nora están ahí, y están exactamente igual que tú. En la serie no hay cabida para prácticamente nada que no sean los problemas de una adolescente media. Va al grano sin estilizaciones, con una mirada íntima y llena de verdad. Esto tampoco significa que la serie sea complaciente con su público (al menos no siempre), los temas que trata son duros y reales, lejos de toda edulcoración. Pero es que así es ser adolescente. Sufres, por culpa de los demás, pero tú también haces sufrir.
Desde la forma en la que la serie está narrada hasta los temas que trata, es casi imposible no sentir que una parte de quien eres (o fuiste) como adolescente está ahí. La propia concepción de la serie te lleva de la mano a sentirte cerca de sus protagonistas: la estética documental, sumada a la narración a través de clips, y la inteligente forma en la que el mundo de la serie continuaba en movimiento más allá de los capítulos, hacía que te sintieras como si les vieras a través de una ventana. En cualquier momento podía asaltarte la notificación (o el chivatazo de una de las decenas de cuentas de fans en redes) de que una de las chicas estaba teniendo la pelea de su vida el mismo sábado a las 11:32 en el que tú te disponías a comprar el pan.
Después de darle al pause

Fotograma de la tercera temporada de Skam España
Cuando los problemas encuentran su solución al final de cada temporada, me da por pensar en la comunidad que presenta la ficción dentro de la pantalla. El grupo de chicas se tienen las unas a las otras, y, salvo algunos roces entre ellas, el apoyo es constante. Son un grupo inquebrantable. Se apoyan, se quieren.
Precisamente por esto, soy incapaz de no verle a Skam cierto punto melancólico. Estoy seguro de que la ficción de Movistar+ no está planteada para que se la vea desde esa perspectiva, pero lo que se queda a los márgenes de la narración me deja helado cada vez que lo pienso. ¿Qué será de esas chicas cuando vayan a la universidad, cuando el velo de rebeldía e ingenuidad adolescente se caiga, y descubran (una vez más) que la vida no es tan sencilla como se imaginaban? Me gusta creer que seguirán ahí las unas para las otras.
Estaremos bien

Cartel promocional de la cuarta temporada de Skam España
Insisto en que a mí todo esto ya me queda un poco atrás. A veces incluso me pregunto si no estaré idealizando lo que era ser adolescente a través de esta serie. No lo sé. Tampoco sé si Skam me habría ayudado de existir cuando era adolescente. Probablemente ni me hubiera gustado. Pero ahora, cuando la veo, recuerdo mis años de adolescencia, los problemas que me preocupaban, todo lo que aprendí y todo lo que me equivoqué. Si la serie es capaz de hacer eso conmigo, no me quiero imaginar cómo se deben sentir las miles de fans que pertenecen a su público objetivo. Si les ayuda a identificarse y valorar a la gente que tienen a su alrededor, bendita sea.
Yo, por mi parte, igual que las chicas de Skam, sigo adelante sin saber qué nueva hostia me daré, pero sé que siempre tendré a la gente que me quiere conmigo.
¿Dónde puedes ver Skam España?
Las cuatro temporadas de Skam están disponibles en Movistar+.