
El próximo 23 de septiembre se estrena en España Crímenes del futuro, la última película de David Cronenberg. La cinta, que se estrenó en la Sección Oficial de Cannes con una larga ovación tras los créditos finales, nos presenta un futuro cercano en el que la modificación corporal extrema está a la orden del día.
“La cirugía es el nuevo sexo”, afirma el personaje de Kirsten Stewart en el tráiler. Crímenes del Futuro promete grandes dosis de extrañeza, erotismo y horror corporal, sello identitario de la marca Cronenberg. ¿Qué podemos esperar del maestro de la "Nueva carne"?
Horror corporal como motor evolutivo

Fotograma de La Mosca (1986)
El horror corporal va mucho más allá del gore. La mutilación, el dolor y la herida están presentes, pero su objetivo no es la destrucción del cuerpo. El gore se centra en la violencia física directa, recreándose en el sufrimiento del individuo a manos de un agente externo y acabando comúnmente en una muerte explícita.
El horror corporal explora la metamorfosis de lo orgánico, apoyándose en el terror que sufrimos los seres vivos ante la pérdida de control de nuestra corporalidad. Su fin está en la transformación, el surgimiento de algo nuevo a través de la mutación y la consecuente pérdida de humanidad.
Cronenberg es considerado uno de los principales creadores de cine de horror corporal, con una producción especialmente prolífica en los 80-90. Su cine presenta una obsesión en mostrar la belleza interior, la estética que ordena nuestros órganos y nuestra carne, mostrando su degradación como un símbolo de la vida abriéndose paso ante nuevas circunstancias.
El erotismo de la Nueva carne

Fotograma de Videodrome (1987)
Para Cronenberg, el alma es otro órgano sujeto a la mutación de lo físico. Como puede verse en su versión de La Mosca (1986), la personalidad del individuo cambia al mismo ritmo que lo hace su carne. Esta mutación de lo invisible rompe con la dicotomía cuerpo-alma, eliminando la idea de algo puro e inmutable para dejar espacio únicamente a lo carnal. Y con la insistencia en la carne, el erotismo sale a la superficie.
Videodrome (1987) es una de las obras más aclamadas del director, en la que se presenta por primera vez el concepto de la Nueva carne. En ella, la señal pirata de televisión que emite contenido violento y explícitamente sexual transforma a aquellos que lo ven. El hueco que se abre en el torso de James Woods no es una herida, es un órgano con claras reminiscencias vaginales que se utiliza para leer cintas de vídeo. Si bien la imagen no abandona el terror y la sensación de rechazo, hay una intención claramente erótica y retorcida. Y en eso consiste la Nueva carne: en la fusión de lo orgánico y lo artificial en sintonía para funcionar como un solo ente.

Fotograma de Crash (1996)
Esta Nueva carne, donde lo inorgánico se vuelve parte de nuestra esencia, ha sido explorada por Cronenberg en numerosas ocasiones. Cabe destacar EXistenZ (1999), donde esta unión de lo orgánico y lo inorgánico, presente en unas videoconsolas biológicas de conexión umbilical, se utiliza como vía para explorar la confusión de lo físico y lo virtual.
Crash (1996) eleva al máximo esta exploración de parafilias sexuales y mortificación física, con un grupo de individuos que consuman su búsqueda del placer sexual y la expresión del erotismo a través de accidentes de coche y de la exploración carnal con estas máquinas.
¿Cuáles son los crímenes del futuro?

Fotograma de Crímenes del futuro (2022)
Pese a que aún no hemos podido ver Crímenes del futuro en las salas españolas, la prensa de Cannes ya nos dejó ver los pilares principales de la esperada vuelta de Cronenberg al cine.
La película sitúa a la humanidad en un punto evolutivo donde ha aumentado enormemente el umbral del dolor, convirtiendo la cirugía y la modificación corporal en un acto artístico. El horror corporal invade cada segundo de la cinta, pero su expresión parece ser menos asquerosa de lo que muchos esperan. Bien por una opción estética o por un público mucho más habituado a lo explícito, se sabe que el director esperaba muchos más abandonos de butaca de los que hubo finalmente.

Fotograma de Crímenes del futuro (2022)
La Nueva carne es el hilo conductor de la trama, donde la adaptación de los cuerpos a un entorno cada vez más contaminado e inhabitable hace crecer nuevos órganos que nos permiten interactuar con la materia de otras formas. ¿Cuáles son los límites de lo humano? ¿Qué tipo de carne puede ser admitida o rechazada dentro de nuestra esencia?
Crímenes del futuro promete un viaje a través de las barreras que definen nuestra especie, cuestionando ante el espectador qué límites podemos conservar en nuestra idea de humanidad y la imposibilidad de frenar el cambio de los organismos para mantenerse vivos.