
Por la sección Planeta GZ pasaron en anteriores ediciones del festival Curtocircuíto algunos de los cortometrajes más notables del panorama gallego como Limbo (Dani Viqueira, 2018), 16 de decembro (Álvaro Gago, 2019), A nena azul (Sandra Sánchez, 2018) o La mujer invisible (Noemí Chantada, 2017) y talentos —en su momento emergentes y ahora consolidados— como Brandán Cerviño, Lucía Estévez, Adrián Canoura o Marta Valverde.
Por eso es la sección que cada año nos resulta más ilusionante: permite descubrir nuevos nombres y saborear lo último de artistas que resuenan. Sin mucho más filtro que el riesgo y el interés. Y mostrando esa heterogeneidad que define el panorama gallego del cortometraje.
Planeta GZ 2022

Memoria, de Nerea Barros
Programar juntas Rompente (Eloy Domínguez Serén, 2022) y Tatuado nos ollos levamos o pouso (Diana Toucedo, 2022) no es una casualidad. No solo comparten contexto —el marisqueo— sino también una sensibilidad especial detrás de la cámara. Aunque la primera esté categorizada como ficción y la segunda como documental, su visionado conjunto permite una lectura más amplia que nos abre camino a entender la relación de las personas y los cuerpos con el mar y el trabajo.
A través del agua también viajamos miles de kilómetros a Uzbekistán, donde el mar de Aral ya ha desaparecido. En Memoria (2022), Nerea Barros nos cuenta la historia de este desastre medioambiental a través de la relación de un abuelo, antiguo pescador de ese mar que ya no está, con su nieta que nunca lo ha visto.
Las conversaciones de sobremesa se pueden alargar y se termina hablando de los temas más filosóficos y trascendentales o los más banales. En Una ventanita (Carlos Fernández López, 2022), las charlas más interesantes tienen lugar mientras en la pantalla vemos imágenes digitales. Animaciones, grabaciones de Google Maps, vídeos caseros: es la forma del director de empujarnos a la realidad a través de, precisamente, lo irreal.

Videogramas, de Jaione Camborda
Nos alejamos de la narrativa tradicional con el cine más experimental de Jaione Camborda o Carla Andrade. Esta última nos transporta a la Serra da Groba, donde se encuentra la variedad única de granito llamada “amarillo atlántico”. Las imágenes del paisaje cobran un sentido onírico, casi espiritual que, unidas a los sonidos, crean una sensación de hipnosis total en Amarillo Atlántico (2022). Por otra parte, Videogramas: 5 (Camborda, 2022) forma parte de un conjunto de vídeos sobre Santiago de Compostela realizados por diferentes directores gallegos, impulsados por Numax, disponibles todos online. Y es que la ciudad de Santiago de Compostela está presente, lógicamente, en muchos de los cortometrajes de esta sección, pero desde perspectivas y temáticas novedosas. Un ejemplo es Proxecto X (2022), de Sol Mussa, una pieza incómoda, con una atmósfera de secretismo sobre la basura de Santiago y cómo parece que desaparece por arte de magia.

The Liquid Crystal Display System and the Subversive Pixels, de Álvaro Chior
En el tiempo que se tarda en leer esta frase, el cortometraje Elefante (2022) ya ha terminado. Alberte Pagán ha querido hacer la película más corta posible: consiste en un solo fotograma. ¿Es una película o una fotografía? ¿Una fotografía se convierte en cine por llamarla fotograma?
Para analizar el diálogo entre la imagen y el espectador, Curtocircuíto también nos trae The Liquid Crystal Display System and the Subversive Pixels (2015-2018), de Álvaro Chior, un ensayo sobre la creación, la sociedad de la información y la subversión a través del píxel en forma de troleo.
La diversidad, la memoria y el pensamiento crítico en torno al cine en todas sus formas han gobernado una vez más la sección Planeta GZ, que, seguro, en la próxima edición nos volverá a cautivar como menos lo esperamos.
Ι Leer más: 10 cortos documentales de Filmin que no te puedes perder