
Los ensayos (Nathan Fielder, 2022-) es una de esas series que la terminas, apagas la tele, miras a una cámara inexistente a tu izquierda y te preguntas en voz alta “¿qué acabo de ver?”.
La nueva serie de HBO (que podríamos llamar comedia, drama, reality o documental, y seguir diciendo la verdad), no es para todo tipo de públicos. Ya van dos o tres personas que me han confesado que les ha parecido infumable, aburrida, falsa, poco realista… Pero hay otro gran porcentaje de personas que argumentan que es, indiscutiblemente, una obra maestra.
Personalmente, lo que me pareció más interesante durante mi visionado de Los ensayos fue la habilidad que tiene de contener tanta verdad, teniendo en cuenta que es una serie que trata de predecir y ensayar las reacciones genuinas. Así que, ¿cómo consiguen esto? ¿Cuáles son las lecciones que nos deja Nathan Fielder con Los ensayos? De eso venimos a hablar, con spoilers, por supuesto.
Todos tememos perder a alguien
La propuesta de Nathan Fielder es, realmente, una locura. El creador nos permite ensayar momentos que queremos que se den en nuestras vidas, pero que al tener una naturaleza incómoda o dolorosa, nos aterra enfrentarnos a ellas sin haber practicado antes. Atrás quedó eso de recitar un monólogo preparado en el espejo antes de salir o ensayar una conversación incómoda con un amigo por teléfono. Con Los ensayos nos quitamos la duda de que algo pueda salir mal, porque Nathan se encarga de recrear y anticipar todos y cada uno de los posibles escenarios antes de que siquiera ocurran. De esta forma, nos enfrentamos a la situación que nos generaba angustia habiéndose ensayado cualquier posible resultado incontables veces. Suena bien, ¿no?
No es tan fácil, porque en la vida nada lo es. El primer ensayista es Kor, un hombre que lleva más de doce años mintiendo a sus amigos (les dijo que tenía un máster, cuando realmente solo posee un título universitario). Cada día siente con más fuerza la vergüenza y culpa de habérselo ocultado específicamente a su amiga Tricia, así que acude a Nathan para que le ayude a recrear la conversación en la que confiese. Fielder lleva el experimento al extremo, tanto que hasta construye una copia exacta del bar donde va a ocurrir la confesión (al que se termina atando emocionalmente, pero ese es otro asunto) y ensayan la escena cientos de veces con una actriz que ha estudiado la forma de hablar y gesticular de su amiga. Varían una frase aquí, un gesto allá, buscando la perfección. Pero dará igual, cuando Nathan descubra algo que jamás había considerado: cuando la situación ocurre de verdad, las emociones nos toman por completo, da igual cuantas veces lo hayamos ensayado… Nos bloqueamos. Korlo hace todo al revés, porque en el momento de confesar, una verdad se hace aparente: realmente teme perder a su amiga. Por eso no podemos pretender tener todo previsto siempre. La vida no es un examen; no podemos estudiarla para aprobar. Hay que vivir, y luego veremos si sacamos sobresaliente o suspendemos.
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Fotograma de Los ensayos
No queremos estar solos
Cuando Nathan se une al experimento, se rompen los esquemas preestablecidos de la serie, y nosotros como espectadores, nos frotamos las manos con deleite. ¿El creador, formando parte del ensayo? A partir de aquí la serie se convierte en una matrioska: Fielder realizará ensayos dentro de ensayos dentro de ensayos, haciéndonos olvidar cuál era la intención original. Este laberinto podría volverse imposible de navegar, pero lo hace de forma experta, porque nunca pierde vista de lo que todos estamos buscando al final: no estar solos.
¿Quién no ha querido alguna vez probar algo antes de comprarlo? Un coche, unas botas, ese abrigo morado que quizás es demasiado atrevido… Sin embargo, crear una familia y tener un hijo no es algo que podamos coger de la percha en una tienda para ver si nos convence o nos queda bien. Es una decisión que debemos tomar concienzudamente y que, si no estamos preparados, puede salir muy mal. Nathan Fielder quita ese miedo de la ecuación cuando le ofrece a Angela realizar un ensayo en el que críe a un hijo que pasará de ser un bebé a un adulto de dieciocho años en solo tres meses. ¿Una locura? Puede, pero también una genialidad. Y es aquí cuando, además, por miedo a quedarse solo, Nathan decide formar parte del ensayo, también.

Fotograma de Los ensayos
Apretar al máximo significa romperse
En uno de los episodios finales, Nathan pregunta a Angela si es fan de los sketches de comedia. Esta le responde que sí, que ha visto vídeos de Key and Peele, y Nathan le deja claro una de las grandes bases de la serie: su ensayo, como un sketch de comedia, necesita ir aumentando siempre. Al final en esto se basa su enfoque de los ensayos: cuando Angela quiere comprobar cómo sería tener un hijo, no le basta con recrear la experiencia de tener un bebe. No, Angela va a recibir la experiencia completa de Nathan Fielder… Y esto significa vivir en un hogar en el que criará a un supuesto hijo, y al que se unirá Nathan para comprobar si él también está listo para formar una familia.
Pero ¿qué pasa cuando, a expensas de crear un ensayo veraz, ponemos en peligro a niños pequeños que no entienden lo que de verdad está pasando? El niño que empieza a no tener claro si es cristiano o judío, o peor aún, el niño que no tiene padre pero que, sin querer, se encariña de Nathan hasta el punto de empeñarse en creer que es sí es su padre… Todo esto es llevar los ensayos hasta el extremo, pero también es ser mala persona.
Y Nathan Fielder es consciente de ello: cuando recrea escenas y conversaciones que asume que han tenido los padres de los niños (para así comprender dónde cometió el fallo) acaba llegando a una conclusión que es la mayor lección de todas:
«(...) Ese hombre no pretendía asustarte, cariño. Simplemente no sabía lo que hacía. Está aprendiendo mientras lo hace, y también se equivoca. No debimos haber hecho el programa, ¿verdad?»
Los ensayos es un proyecto loco que quizás en manos de otra persona no hubiese tenido sentido, pero que en las de Nathan Fielder se vuelve más bien un experimento social. El ensayo dentro del ensayo, que acaba reflejando la parte más fea de los humanos, pero también la más honesta.
¿Dónde puedes verla?
Los ensayos está disponible en HBO Max.