
En un momento en el que la herencia de Agatha Christie parece más inmortal que nunca, —tras la esperada Glass Onion (Rian Johnson, 2022), Mira como corren (Tom George, 2022) o la española Todos lo hacen (Martín Cuervo, 2022)—, Netflix nos trae una mirada gótica del clásico whodunnit: Los crímenes de la academia.
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Nos trasladamos al Siglo XIX, a la academia militar de West Point, donde un aspirante a poeta llamado Edgar Allan Poe colabora en la investigación de los atroces crímenes que sacuden a la institución. Se trata de un personaje cuyo porvenir le precede: sabemos en qué llegará a convertirse ese aspirante a poeta, y la película sabe jugarlo a su favor. La propia historia parece contada a través de su turbia mirada, inventando, tal vez no un origen, sino un punto de inflexión en su lúgubre carrera como artista.
Además, la poesía de Poe parece encajar bien con el cine del director Scott Cooper, siempre interesado en las facetas más grotescas del ser humano, con una mirada oscura, violenta y masculina sobre los bajos fondos norteamericanos. Pero ¿ha conseguido esta propuesta darle una vuelta de tuerca a ese género al que Netflix tanto le debe?
Puro género en Los crímenes de la academia
Nada más embarcarnos en la grotesca historia de Los crímenes de la academia nos damos cuenta de que estamos ante algo construido por y para los amantes del género. No nos detenemos en los personajes o en el contexto de la institución, por muy particulares que resulten, sino que entramos en la investigación desde el minuto uno: hay un asesino que desenmascarar.

Imagen promocional de Los crímenes de la academia
En ese sentido, y aunque extrañamente abrupto, Cooper encuentra un buen clavo al que agarrarse. Una investigación al puro estilo de Poirot en el Orient Express, donde sus curiosas narices no son bienvenidas en un tren en el que todo parece estar ya meticulosamente organizado. O, siguiendo ejemplos más contemporáneos, el hermético pueblo de Arma fatal (Edgar Wright, 2007) o los distintos universos que atraviesa cada temporada de The Wire (David Simon, 2002-2008): el narcotráfico, el puerto, la política, la escuela… En la férrea academia de West Point, Cooper encuentra un universo perfecto que diseccionar. Lo mismo ocurre con la familia a la que el detective investiga, cuyos valores, roles y jerarquías pecan de la misma rigidez sistemática que la academia. Sin duda, una acertada narrativa clásica con la que Cooper articula su trama, aunque lamentablemente no llegue a explotar del todo ese contexto histórico y militar que rodea a West Point.
Aún así, aunque la institución y la personalidad de Poe compongan una película singular, es la mirada enigmática del detective Landor (Christian Bale) la que llena la pantalla.
Luces y sombras en el rostro de Christian Bale
La mirada oscura y robusta de Christian Bale es la personificación perfecta del tono que Cooper quiere construir en sus películas. Es un director que no duda en mostrar la violencia y el dolor en los rostros de sus personajes, como ya hizo en la terrorífica Antlers (2021), producida —como tantas otras últimamente— por Guillermo del Toro, o con el propio Christian Bale en La ley del más fuerte (2013). Sin embargo, ese aspecto turbio y poeriano no llega tan lejos como parece que le hubiese gustado. Gracias a un lavado de cara, la imagen se aleja demasiado de la fotografía de Cooper para acomodarse, de forma más cobarde, en el ‘look Netflix’, demasiado amable, saturado y nítido para este tipo de historias.

Imagen promocional de Los crímenes de la academia
No quiero decir que todas las películas de la plataforma tengan la misma estética (aunque sí una cantidad considerable), y tampoco que Los crímenes de la academia se haya convertido en una película blanca de la televisión en abierto de hace 10 años. Aun así, se ha quedado flotando en medio de dos aguas sin llegar a destacar como podría haberlo hecho. En cualquier caso, la voz rotunda y rota de Christian Bale, junto a un Harry Melling que sabe aguantarle la mirada, y la revisión gótica y romántica del clásico detective son razones de sobra para darle una oportunidad a esta nueva apuesta. Ojalá no quede sepultada bajo la marabunta de estrenos que Netflix nos lanza cada semana.
Los crímenes de la academia está disponible en Netflix.