
Cuando Argentina, 1985 ganó el premio del público en el Festival de San Sebastián, Chino Darín, productor de la película, subió a recogerlo y habló de lo simbólico de otorgar el premio de la votación popular a una película sobre la democracia. Y es que Argentina, 1985 nos cuenta una época y la relación de un país con su propia democracia. Ya sea para conocer más la historia de Argentina como para entretenerse con un buen drama judicial, os animamos a verla con estas tres razones.
¡Ojo, spoilers!
Por la memoria

Fotograma de Argentina, 1985
Isabel Ayuso dijo en una ocasión que sus abuelos nunca le habían hablado sobre la guerra civil española porque la querían libre de odio y mirando hacia delante. Quizás cambiaría de opinión si viera Argentina, 1985, una oda al recuerdo y a la importancia de recordar el pasado para comprender un país. Durante el Juicio de las Juntas, Argentina hizo un ejercicio de memoria y de intransigencia, y lo mismo ha hecho Mitre con su película. Algo que el personaje de Strassera, el fiscal interpretado por Darín, resume al final de la película en una frase:
«Nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido, sino en la memoria».
Por la comedia (y Ricardo Darín, claro)
En el caso de Argentina, 1985, el drama judicial y el drama humano cruzan sus caminos en el humor. La comedia nos destensa y hace, para el espectador menos predispuesto, más digerible un juicio ya de por sí interesantísimo. Mitre domina el tono de una forma tan orgánica que parece que la comedia sale sola. En esta película cualquier momento, por tenso que se presente en un primer momento, puede acabar provocando risa. Está en algo tan serio como las amenazas al fiscal y su familia («¿Es el de las amenazas? Lleva llamando todo el día. Me tiene harta») o en la infructuosa búsqueda de aliados que no sean re-contra-fachos. Todo se consigue a través del trabajo de guion de Mitre y Llinás, el dominio de la comedia de Ricardo Darín y eso tan especial del sentido del humor argentino.
Por la emoción

Fotograma de Argentina, 1985
La emoción en Argentina, 1985 se esconde detrás de cada plano. Es la misma emoción que la del día de las elecciones cuando empiezan a contar los votos; es ese nudo en la garganta de saber que está ocurriendo algo histórico. La película de Mitre es consciente de que, al contar un hecho histórico, gran parte de los espectadores saben cómo acaba, y por eso vuelca la emoción en los pequeños dramas y los pequeños logros que hubo dentro de la gran historia del Juicio de las Juntas. Es el momento en el que solo recién graduados se ofrecen para unirse al equipo, cuando el hijo pequeño del fiscal espía a los jueces y, por supuesto, el alegato final de Strassera durante el juicio.
Hay una escena de Argentina, 1985 en la que Strassera prepara ese discurso en el Juicio de las Juntas con su amigo y dramaturgo Somi. Este le sugiere: «Empecemos hablando de la violencia», a lo que Strassera responde: «No. De la historia de la violencia en Argentina». Porque la película de Mitre sabe que tan importante como el qué es el dónde. Finalmente Strassera comienza su discurso hablando de la historia de la violencia en Argentina, y Mitre termina su película habiéndonos contado un país. Así que, ya sea por entender un poco mejor Argentina, por la emoción, la comedia o la memoria, Argentina, 1985 es una de las películas imprescindibles de esta temporada.
Puedes ver Argentina 1985 en Prime Video.
Memoria, justicia y reparación. Eso hicieron en Argentina por la democracia.
Muy buena peli.
Gracias.