
Puede que no les suene su cara, pero seguro que han leído sus tuits: Diego Soto lleva las redes del canal de cine TCM, y también las de Juan Carrasco, el político logroñés interpretado por Javier Cámara que ha protagonizado Vota Juan, Vamos Juan y la nueva Venga Juan (Diego San José, 2019—), que llegará a HBO Max a finales de año. De esta tercera temporada también ha sido guionista Soto, que ya escribió el guion de la película Vulcania (Jose Skaf, 2015).
Su estilo a la hora de llevar la cuenta de Twitter de TCM —personal, gracioso y muy para cinéfilos— le ha hecho viral muchas veces. Siempre al tanto del último meme, siempre el primero en hacer el chiste, se ha convertido en un nuevo clásico de la red social.
Hablamos con él sobre cómo es llevar las redes sociales de un canal de cine en un Twitter más crispado que nunca, sobre el oficio de guionista, sobre Venga Juan y sobre si es posible recuperar el cerebro que teníamos antes de las redes sociales.
Lo primero: ¿cómo te presento? ¿Cuál es tu profesión?
El orden sería: community manager, guionista y periodista, porque ahora mismo no hago nada relacionado con el periodismo.
En mi familia nadie termina de entender a qué me dedico. Hace años que nadie me pregunta en una cena de navidad nada relacionado con mi trabajo. A ojos de suegros, tíos y primos segundos soy una persona que está en su casa sin oficio ni beneficio.
Tienes mucha libertad a la hora de llevar la cuenta de Twitter de TCM. ¿Tuviste que convencer a “los jefes” para que tuviera ese tono tan personal o al principio era más neutra y fue evolucionando naturalmente?
Al principio la cuenta era más neutra, pero también era más neutro Twitter, sobre todo las cuentas de empresa. Decías: “A las 10 ponemos West Side Story”, “Hoy sería el cumpleaños de Humphrey Bogart” y no corrías muchos más riesgos. El lenguaje de las redes ha ido evolucionando.
Cuando yo me hice cargo de las redes, Juan Zavala, de TCM, sí me dijo que quería que la cuenta tuviese carácter, que no pareciese que había un robot detrás.
¿Cómo te planteas la estrategia de redes?
Yo tengo siempre delante la programación, que es como la Biblia. Hay una planificación mínima —saber que tengo que decir que esta noche hay tal película— pero luego me levanto por la mañana, veo de qué se está hablando ese día e intento pensar en tuits. Es la improvisación lo que más likes, retuits y personalidad le da a la cuenta.
En realidad, el 70-80% de tuits que pongo son serios. Pero claro, cuando pones uno un poco más gracioso, ese es el que la gente retuitea.
Soy un poco anárquico. Creo muy poco en la programación de los tuits. A veces tengo que hacerlo, pero hay tuits que programas y nacen ya como muertos. A mí me gusta enviarlos al momento. La inmediatez es importante, el momentum.
Alguien decía el otro día que parecía que tú habías programado una peli porque cuadraba demasiado bien con un chiste…
Hay gente que de verdad lo cree. Cuando se cerró el acuerdo entre el PSOE y Podemos para el gobierno, se abrazaron Pablo Iglesias y Pedro Sánchez. Yo escribí: elige tu película favorita según tu ideología política. Y había gente que decía: "me parece fatal que cambiéis vuestra programación por estos dos tíos". Cuando obviamente en un canal de televisión como este se cierra la programación uno o dos meses antes.
Pero hay muchas coincidencias: cuando se fue Neymar al PSG, esa tarde eran todo cosas como Un americano en París. Parecía que era queriendo.
Yo creo que hay un hilo invisible entre las pelis y la realidad, aunque supongo que también lo verías con los coches si llevas un canal de fórmula 1.
Es tu cabeza que está entrenada para ver las conexiones.
Y a veces me tengo que cortar. Es un poco frívolo decir que es sacrificado —porque estoy poniendo gilipolleces delante del ordenador—, pero en realidad tengo que estar todo el día pendiente. Cuando yo el otro día solté este tuit y se hizo viral, estuvo todo el día sonándome el móvil. Y yo tengo que estar controlando que no se salga de madre.
Estas vacaciones puse una ironía de Call me by your name (Luca Giadagnino, 2018) y yo estaba de vacaciones, precisamente en Italia. Se montó un incendio. Y claro, culpa mía: hay que tener cuidado con la ironía, y cuando te vayas de vacaciones, no pongas ningún tuit “arriesgado”.
Y en ese caso a mí lo que me agobiaba era que alguien pudiera pensar que era un chiste homófobo.
Pero no lo era. Tú no puedes controlar que el público lea mal un tuit…
Tengo la conciencia tranquila: si algo se entiende mal, es que alguien lo ha entendido mal, pero nunca ha sido un tuit ofensivo. La regla número uno de la cuenta de TCM es que se puede hacer gracia pero nunca jamás ofender a nadie.
Yo tengo la piel finísima y estas cosas me afectan mucho. Ahora TCM tiene unos 35.000 seguidores. Igual 2.000 de ellos dan like, pero si hay uno que se enfada, yo lo paso mal. Hay que intentar ser un poco más fuerte, porque al final, entre 35.000 personas tiene que haber algún tarado.
Parece que TCM tiene unos seguidores bastante agradecidos.
Sí, tenemos una comunidad de seguidores a los que les gusta el cine, y que entienden las bromas cinéfilas, pero cuando un tuit se hace viral o alguien con muchos seguidores te hace retuit, te traslada el tuit a otro lado. Entonces ya llega a gente que ni sabe lo que es TCM.
A mí me da bastante miedo Twitter. Me parece que te puede jugar unas pasadas malísimas. Si yo lo pasé mal con esa tontería imagínate la gente que ha tenido líos de verdad.
Llevo esta cuenta desde hace diez años, y he notado que la gente antes era más prudente: yo ponía un tuit, y ya está. Pero desde hace un tiempo, la gente tiene que meter el dedo: dice, “uy, en este ciclo de Paul Newman no habéis puesto x peli”. Se tiran a la yugular. Me llama la atención que un canal de televisión tuitee su programación y tú le escribas para enmendarle la plana.
Además del tuit de Call me by your name has tenido alguna polémica y algún momento glorioso en Twitter. ¿Cuál ha sido tu favorita, y en cuál has sufrido?
Hace tres o cuatro años hubo una polémica con los becarios que trabajaban gratis en los restaurantes, y nosotros emitíamos Doce años de esclavitud (Steve McQueen, 2013). Puse algo como “una de becarios”. Ahí me equivoqué, creo. Esa fue la primera vez que se me hizo viral algo, y lo borré. Lo pasé un poco mal.
Y una buena… me suele hacer ilusión si un director o actor muy famoso hacen retuit o mencionan un tuit de TCM España. Por ejemplo, cuando pusimos Brick (2006) y nos hizo retuit el propio Rian Johnson, o cuando Ava DuVernay respondió con un corazón a un tuit sobre Selma (2014).
La más surrealista fue una vez que pusimos West Side Story (Robert Wise y Jerome Robbins, 1962): uno de los actores, George Chakiris, que tendrá 80 años, mandó un mensaje directo para contar que vende joyas, a ver si podíamos hacerle publicidad. Eso me hizo bastante gracia.

Diego Soto, listo para surfear las redes (el pie de foto es suyo)
¿Crees que en trabajos así es más importante saber mucho de Twitter o saber mucho de cine?
Para mí, si llevas un canal de cine, es mucho más importante saber de cine que de las redes sociales. Porque sin saber nada de las redes sociales —como yo— puedes llevar un canal de cine. Pero sabiendo mucho de redes sociales y poco de cine se te va a ver el plumero muy rápido. Como en TCM apostamos por un cine de calidad creo que tenemos que intentar demostrar que nos gusta y que sabemos.
Con todo el respeto para los estudios de redes sociales, al final da igual la hora, dan igual los hashtags: lo más importante es lo que tú escribas. Si el tuit es bueno, va a llegar a quien tenga que llegar.
¿Te marcas unos horarios de trabajo?
Sí, pero el horario de trabajo del autónomo que tiene el ordenador en medio de su casa. Mi horario me lo marcan las obligaciones familiares: llevar a mi hijo al cole, etc. Si estás en casa, el ordenador está ahí y es difícil desconectar.
Hay que hacer el ejercicio de decir: a las 8 se acabó. Pero es adictivo. La capacidad de enganche de Twitter es muy bestia y muy peligrosa. Yo noto que te cambia mentalmente, y lo reconozco: desde que estoy todo el día metido en esto, las cosas que necesitan más paciencia me cuestan más. Me cuesta más leer un libro.
Antes iba por la calle e iba pensando en guiones, en mis cosas. Ahora voy pensando en tuits. Esa es la degradación mental a la que te lleva ser community manager: tu creatividad la pones al servicio del siguiente tuit.
Y estoy todo el rato pendiente. Con estos trabajos se difumina completamente la frontera entre trabajo y tiempo libre.
Los guionistas trabajan solos en casa y escriben algo que tardará muchísimo en llegar a la gente. Los CM están continuamente en comunicación con el público y reciben feedback instantáneo. ¿Un CM es lo contrario a un guionista?
Es verdad: yo creo que el enganche a Twitter que tenemos los guionistas viene un poco de nuestras ganas de casito. Escribes un chiste y te responden, suben las endorfinas.
El mecanismo que mueve Twitter es la vanidad. Todo el mundo da lo mejor de uno mismo para que la gente le quiera. El que está cachas sube una foto en bañador, el que es graciosillo pone un chiste y el que está delante de un desayuno cojonudo lo comparte.
Así que seguro que Twitter sirve para mitigar muchas de las frustraciones de guionista. Bueno, de guionista malo, porque el bueno estará escribiendo como un capullo y no tiene tiempo para tuits. No necesita demostrar nada porque ya tiene su trabajo.

Imagen promocional de Venga Juan
También eres Juan Carrasco en redes, de la serie Vamos Juan y Venga Juan.
Sí, fue una cosa provisional que se fue alargando, y este año me llamó Diego San José para ver si quería participar como guionista en la tercera temporada. Yo encantado, conocía bien el personaje de ver la serie y de estar haciéndome pasar por él en Twitter. Participé en todo el proceso de gestación de la temporada con Diego San José, Víctor García León y Daniel Castro.
Luego nos repartimos los capítulos para escribirlos [también escriben Pablo Remón y Pilar Palomero], pero el cerebro es Diego San José, el que tiene toda la serie en su cabeza, el que cose las tramas y se encarga de que todo quede perfecto. Es showrunner total. Y a nivel humano también genial, ha sido una experiencia buenísima.
Ha sido la primera vez en mi vida que me han llamado y me han dicho: oye, ¿quieres escribir esto cobrando? Y en una serie que te gusta, que sabes que se va a hacer, que está protagonizada por Javier Cámara… Ahí te das cuenta de que sí importan las condiciones para escribir. Tienes otra motivación, otro empuje. Normalmente escribo cosas que luego casi nunca salen.
Bueno, algunas sí, ¿no? Escribiste el guion de Vulcania.
Sí, la escribí con José Skaf, que es un compañero de trabajo con el que he escrito varias cosas. Él tuvo la idea y me propuso escribirla. La presentamos a Zentropa, les gustó y se hizo. Fue un viaje muy bonito: estrenamos en la sección oficial de Sitges, aunque luego en salas no tuvo mucho recorrido, fue una de esas (tantas) películas que pasan sin pena ni gloria.
Y claro, como la primera película que escribimos salió, nos pensamos que era fácil. Luego lo hemos intentado varias veces sin suerte, pero esperamos poder hacer algo pronto.
¿Cómo compaginas la escritura con todo lo demás?
Me pongo horas para escribir, es la única forma. Pero lo primero es lo primero: para mí es sagrado no descuidar mi trabajo en TCM. Después ya me pongo con lo otro. En realidad no te salen las horas: ocho horas de TCM, más hacer la comida, llevar y traer a los niños… Duermo poco.
Paso por fases. Cuando he escrito algo y lo estamos moviendo y no sale, pienso: “estoy harto. No voy a volver a escribir”. Pasa un mes sin hacer nada y ya me vuelven a entrar las ganas, o más bien la culpa por no escribir. Achaco ese sentimiento de culpa al cristianismo, esa idea de tener que sufrir para conseguir la recompensa. Es una cosa terrible, pero yo tengo esa sensación de estar faltando a mi responsabilidad con “mi devoción”. Se vive de un modo un poco tormentoso.
Para mí lo del guion siempre ha sido un hobby, pero me encantaría hacer más cosas. Me gustan mucho Shyamalan, Jeff Nichols, ese thriller misterioso con toques sci-fi… Pero ahora haber escrito comedia me ha encantado, y me gustaría escribir más.
Cuestionario MILANA: ¿Cuál sería la película/serie…
… que verías por enésima vez?
Take Shelter (Jeff Nichols, 2011)
… para ver de resaca?
El guateque (Blake Edwards, 1968)
… que tú programarías en TCM una vez al mes?
Plan diabólico (John Frankenheimer, 1966)